jueves, 28 de abril de 2011

Porque quieres volar...

*Esta entrada está dedicada a todos los que como yo, una vez perdieron el rumbo, no os dejéis amedrentar por el destino y volad...



Perdiste el camino, lo siento de veras. Sé que se siente cuando sin previo aviso las ruedas del destino te gastan la broma irreparable que te hace añicos las esperanzas, que impacta como un ariete de titanio en tus frágiles neuronas, degenerándolas, destruyéndolas...

Dejaste caer las ilusiones de tus alas, dejándolas desnudas y vulnerables.
Abriste la jaula y entraste como un canario obediente, viendo seguridad donde solo hay tristeza, condenándote entre rejas.

Pero hoy te pido que abras tu mente, mires dentro y forjes unas nuevas alas mas bellas si cabe que las anteriores. No te dejes arrastrar, alza la mirada y llora sin temor, pues toda desgracia es solo el cimiento de una buena nueva.

Corre, corre con todas tus fuerzas, abre las alas, sube la mirada y salta lejos. Intenta acariciar el viento, subirte a él y retoma el vuelo que una vez no pudiste completar porque tu copiloto no pudo despedirse.

Y recuerda que si hay una piedra en el camino, vuela y déjala atrás, porque para eso forjaste esas alas cristalinas, para volar...

ERES TU


Este texto acróstico lo hice para la persona que le ha dado color a mi mundo, por ello, te lo dedico H
...

Tras la despedida empieza la cuenta atrás, desde la última tarde en que te pude abrazar.
Esperando que llegue la siguiente, cual niño cruza los dedos para que la nieve asiente.

Ay, cuanto el tiempo solo duele si no está contigo presente, se hace largo y eterno...he de ser paciente.
Me revuelvo en la cama esperando que la vigía se esfume, pero solo puedo hacerlo al oler tu perfume.
Oyendo el recuerdo temprano de tu encantador grito de sorpresa, al ser de mis dedos la única presa.


Comienzo mis andadas por la senda de Morfeo, buscando tu figura, aunque solo tormentos veo.
Hay tantas cosas que podríamos hacer en este páramo, abrazados bajo la sombra de un haya.
Usar mi gusto en tu boca y bailar con fervor, abrazadas las lenguas probando el lujurioso sabor.
Contar todas y cada una de las fibras de tu cabello o los múltiples mordiscos en mi cuello.
Hablar tranquilos esperando que la risa aflore, dando motivos para que de ti más me enamore.
O simplemente realizar un viaje por nuestra piel, usando nuestros dedos sin salirse del riel.

Lo que podríamos hacer, pero en vez de eso solo veo a mis familiares perecer...
Osan alterar mi corta fase de letargo, dejando en mi boca el regusto de lo amargo.
Bueno sería que todo acabara, que se esfumaran las sombras y que contigo soñara.
Usando mi mente para esto, vergüenza les daría si supieran que es tan molesto.
Ni que los señores del somnus se hubiesen ofendido, dejándome en el aire suspendido.
Orando por que acabe el tormento, te cuento mi triste lamento...

miércoles, 27 de abril de 2011

A veces la razón se halla en la locura...

Bautizo el blog con una entrada dedicada al título, pues es en parte la base de mi forma de ver las cosas.
Así pues comienzo:

La vista se nubla, es tarde, hace frío y el sueño susurra en mi oído. Intenta seducirme con promesas exóticas, mas no puedo caer aun, debo acabar mi obra, sí, eso es, mi obra...
Mis dedos abrazan el lápiz con delicadeza y firmeza a la vez, es un acto de eterna pasión con el papel como testigo de ese puro amor.
Me fascino al ver como la mano baila haciendo que el grafito vista de plata el clorado folio con mayor intensidad donde lo requiera, con suma precisión...
Mi espalda se queja, pero mi mente no le atiende, está disfrutando del espectáculo dejándose llevar e imaginando melodías al son del raspado del lápiz.
Tan solo unos detalles más y habré finalizado mi obra, sí, eso es, mi obra...
Ya está, al fin he acabado la primera parte, dejo el lápiz en el estuche con gran cuidado y miro mi obra. Excelente, un trabajo bien hecho, los ojos de la figura parecen escrutar en mi interior, he conseguido darle vida, con seguridad es el mejor trabajo hasta el momento, así que lo deposito con satisfacción en la bandeja de acero que lleva horas esperando impaciente que la cubriera con él como si fuera la manta que le aislaría del helado aura del ambiente.

Observo el dibujo, sigue mirándome con curiosidad, cierro los ojos, espero unos segundos y saco la caja de cerillas de mi bolsillo. El fósforo brilla con fuerza consumiéndose sin prisa, entonces sonrío y lo arrojo a la bandeja observando el ritual de fuego.
...Ya está, ahora si que he terminado mi obra, sí, eso es, mi obra...

...
Abro los ojos, me he debido de quedar dormido, todo ha tenido que ser un sueño, un sueño muy real. En frente de mí solo hay un papel en blanco y un lápiz esperando, en el suelo hay una bandeja de acero vacía.
Noto un bulto en el bolsillo, lo acaricio y saco lo que oculta la tela.
Grande es mi sorpresa al reconocer el objeto que mi mano portaba, una caja de cerillas...

D.L