domingo, 18 de septiembre de 2011

Belice

Recuerdos... Recuerdos del día en que Deneb y Belice se juraron amor eterno en el lecho de su cama.
Recuerdos de como despertó gritando el nombre de su amado tras una pesadilla, con una angustia abrasadora y de como lloró de felicidad al verlo dormir a su lado, abrazándola con amor incluso en un estado de sueño profundo.

Ahora las noches se suceden una tras otra sin el calor de Deneb y Belice se refugia en su recuerdo, aferrándolo con pasión.

De pronto regresa a la realidad y se encuentra frente a un grupo perplejo de estudiantes de primaria que ven como su profesora había vuelto a quedarse callada en medio de una lección, de como sus ojos se nublaban intentando ver algo mas allá de la pared y se evadían del centro educativo donde trabajaba y de la enseñanza que impartía.

Tras lo ocurrido, el claustro decidió recomendarle la baja laboral, pero ella se negó, creía que trabajar la apartaría del dolor, pues los niños han sido su vocación y con ellos al menos podría intentar no llorar...

Tras el trabajo Belice solo podía pensar en darse un baño, liberar las nauseas de su estómago y volver a desconectar.
A decir verdad, pasaba más tiempo escondiéndose de la realidad que siendo consciente de en qué se había convertido, de que la alegría había huido de su rostro y ahora sus ojos ya no lucían como antes, incluso sabiendo que en su vientre se estaba gestando el hijo de Deneb...

El baño estaba preparado y Belice se sumergió hasta la altura del cuello cerrando los ojos para perder fácilmente el enlace visual con la realidad.

************
La mente de Belice retrocedió varios meses a la época en la que la felicidad de su rostro iluminaba todo a su paso y sus ojos verdes relucían como el agua en verano.

Salió de su estudio tras 6 horas ininterrumpidas de inspiración que cobraba vida a través de las vibraciones que emanaban de su violín y se encontró con Deneb tarareando la melodía que ella acababa de tocar. La besó en la frente y le ofreció un zumo de naranja recién exprimido y ella lo aceptó con gusto. Adoraba la atención que su marido le dedicaba, siempre con una sonrisa...

Pero un recuerdo poco feliz se coló violentamente en la resentida mente de Belice.
Solo eran unos pocos flashes, pero candentes como hierros recién forjados, recuerdos del día en que Deneb dejó de ser dueño de su destino y quedó postrado en una camilla alimentado por una máquina... Belice no soportó las imágenes, se sumergió en la bañera y soltó el aire para intentar sacar esas imágenes de su mente con ayuda de la sensación de asfixia.
Al notar mareos y náuseas salió del agua absorbiendo gran cantidad de aire demasiado rápido y atragantándose a causa del agua que tenia en la boca.

Se apoyó con dificultad en el borde de la bañera y cuando recuperó el aliento volvió a sumergirse hasta la altura de la nariz volviendo a intentar recordar.

Recordó las palabras del ginecólogo con una sensación de júbilo total " estás embarazada". Recordó como marcó el número de su marido para contarle la noticia que tanto habían estado esperando, pero él no contestó...
Quince minutos mas tarde la llamaron del trabajo de Deneb para explicarle que había ocurrido un accidente con una de las máquinas y que...
¡¡¡¡ !!!!
Los gritos de Belice inundaron la clínica y pronto salió el ginecólogo a socorrerla tanto como la recepcionista que del susto soltó la revista que estaba leyendo.

En cuanto pudo levantarse llamó a un taxi y fue al hospital en el que estaba ingresado su marido lo mas rápido que los atascos de la ciudad le permitieron.

Tras cerciorarse de que Belice era la esposa de Deneb, la dejaron pasar a la blanca sala, con su blanca cama y Deneb, con su blanco pijama conectado a una negra máquina...

Le dijeron que no podían explicarse como había podido sobrevivir a ese accidente y con mucho cuidado le dieron a entender que sería poco probable que Deneb sobreviviera mas de una semana. Sobrevivió casi 3 meses, nadie se explicaba como podía tener tanto aguante, aunque sabían que el Coma era irreversible, así que esperaban una decisión que Belice no podía ni plantearse.

Fueron unos meses muy tristes para Belice y cuando al final se obligó a darse cuenta de que esa situación no tenia otro arreglo, decidió firmar la desconexión de su marido.

La decisión fue dura y pese a saber que no podría soportarlo, Belice quiso estar presente durante el proceso y empaparse de los últimos suspiros del ser que mas amaba en el mundo.

Unas palabras, un boli rasgando el papel produciendo un sonido que a Belice le dio dentera como la mayoría de las cosas, no podía oír ni ver con claridad, todo se apagaba y se encendía como una bombilla en sus últimos momentos.

Tras mirar como el doctor desconectaba la máquina Belice se desplomó sobre el cuerpo de su esposo y no pudo derramar más de dos lágrimas a causa del aturdimiento. Se despidió de él diciéndole que le amaba y besó sus labios.

En el momento en que sus labios se encontraron recordó unos de esos momentos en los que jugaban como niños en la cama y que de repente Deneb se puso serió y le hizo prometerle que si alguna vez le pasaba algo, ella volvería a casarse y seguiría su vida sin hundirse.

Esas palabras que parecían poco acertadas, a Belice ahora se le atravesaban y no paraba de repetirse: ¿por qué?, ¿por qué Deneb? Si ya lo sabías, ¿porqué no me lo dijiste...?

En realidad Deneb nunca lo supo, pero su habilidad para la imaginación le obligaba a hacerse preguntas y ha poner solución a esas cuestiones para por si pasaba algo, estar satisfecho llegado el momento. Nunca pudo estar más acertado.

**********

Cinco años después Belice siguió el consejo de su exmarido y volvió a casarse.
Su nuevo marido era la clase de persona de la que Deneb hubiera estado orgulloso y lo creyera digno de ella.

Se llamaba Jack y era profesor de filosofía. También ha sido un padre ejemplar para Denna, la hija de Belice y Deneb.

Mentiría si dijera que Belice no fue feliz, porque lo fue, y mucho, pero cada vez que miraba a Denna, veía a Deneb. Se parecían tanto...

Es por eso, que aunque nos vayamos de este mundo, aun seguiremos existiendo gracias a los que vengan tras nosotros, porque para eso nacemos, para continuar en otra carcasa al caducar la anterior.

Es por eso, que Deneb vivirá siempre...

miércoles, 13 de julio de 2011

Deneb

Nada cuadra, pero a Deneb no le impresiona. Desde hace horas camina por el centro de la ciudad. Siente la pesadez en sus extremidades inferiores y la desagradable sensación de cosquilleo en su estómago le hace andar de forma discontinua, obligándole a dejar su peso en los puntos de apoyo cercanos.

La niebla es tan densa que dificulta la respiración e impide ver poco mas allá de donde alcanzan los brazos de Deneb que se aferran a cada objeto para no tropezar.
Las fuentes están congeladas, incluso las gotas que salpicaron antaño están cristalizadas y suspendidas en el aire

Una serie de cacofonías inundan las calles. Deneb no se molesta en buscar su procedencia, sabe que provienen de decenas de teléfonos móviles pertenecientes a las figuras inmóviles que se encuentran segregadas por toda la ciudad.
Esas figuras no son seres humanos, sino maniquíes sin rostro ni identidad de ningún tipo, son solo formas articulables y frías como la misma niebla que las envuelve.

Ningún otro sonido ni rastro de vida, solo mas niebla y figuras inertes. Él está cansado de dar vueltas sin sentido, ya ha perdido la fe de encontrar la salida.

En vano intenta recordar como era la forma del sol o el tono que inundaba el jardín de su chalet a las afueras o la cara de Belice, su amada esposa.
Tan solo ve niebla y edificios grises, tristes y vacíos... una ciudad fantasma con un solo habitante incapaz de huir.

El cosquilleo de su estómago, cada vez mas fuerte le obliga a tomar una decisión. Deneb decide poner fin a la búsqueda sin sentido y regresa al único sitio donde aun le queda algo, el Hospital...

La puerta de entrada está desierta, la recepción ocupada por un maniquí con un teléfono móvil sonando a todo volumen en la mano. Desde que Deneb tiene memoria ha odiado esos cacharros.
Sabe perfectamente donde tiene que ir: 1ª planta- UCI.

El cosquilleo de su estómago se hace mas soportable a medida que se acerca a su destino.
Al fin se encuentra ante las puertas oscilantes con cristales que reflejan su imagen. Por primera vez recae en que su reflejo es el de un maniquí, al igual que el resto, en ese plano puede que las leyes sean así.
Coge aire y decide entrar, una rutina que lleva a cabo siempre que vuelve de un paseo en busca de algo que ni él mismo sabe.

Tras un fogonazo de luz, Deneb vuelve a ver con claridad el interior de la sala.
En ella se encuentran dos maniquíes y un cuerpo en una camilla conectado a una máquina. En esta sala el tiempo no parece haberse detenido y los maniquíes no son estáticos, tienen movimiento, aunque no parecen manifestar conocimiento de la presencia de Deneb en la habitación.

Él sabe que ese cuerpo de la camilla es él en el otro plano. Conoce como es su rostro porque puede verlo en la camilla, pero no por memoria, pues apenas recuerda algún rostro o sensación.
También sabe que el maniquí que está cogiéndo la mano a su cuerpo en la camilla es Belice. No muestra ninguna expresión, pero no puede ser otra persona la que siempre está a su lado, aunque en ese momento algo es distinto.
El otro maniquí se acerca a Belice y se miran durante un incómodo rato. Belice firma un papel y se lleva las manos a la cara como si contuviera las lágrimas que Deneb no puede ver.

Por deducción Deneb sabe que el otro maniquí es el doctor, el cual se acerca a la máquina y tras vacilar unos instantes alarga el brazo y gira el botón giratorio que acaba con el movimiento bombeador de ésta.

¡¡¡¡!!!!

El terror le inunda, sabe que significa eso y queda petrificado ante Belice que se ha desplomado sobre el cuerpo de Deneb.

Todo retumba y Deneb pierde el sentido del equilibrio, aunque los colores vuelven, así como la identidad de los maniquíes de la sala.

Ya es demasiado tarde, sabe que le quedan segundos antes de que su esencia se apague y que no podrá despedirse de Belice, pero al menos puede volver a ver su rostro...

Alcanza a ver dos perlas brillantes que se deslizan por el bello rostro de su esposa y siente el cálido aliento de un beso de despedida que se posa en sus labios.

La sala empieza a fragmentarse por cuadrículas, dejando el cielo al descubierto y pudiendo ver como éste también se transforma en vacío.
La luz desaparece y se lleva la consciencia de Deneb, diluyéndola en el espacio energético...

lunes, 4 de julio de 2011

Grigori

Este texto lo he escrito en base a la mitologia cristiana, tengo pendiente hacer un dibujo acorde con el relato, hasta entonces...


El maestro arcano había finalizado su obra. Llevaba tanto tiempo dedicado a ella que había perdido la noción del tiempo, pero merecía la pena invertir eones en cada detalle de su esencia.
Se acercó a su obra con lágrimas en los ojos. Un par de gotas iridiscentes se deslizaron por su rostro, lágrimas de amor paternal. Se dice que cada una de ellas se posó en los extremos de la tierra cristalizándose y tomando la forma de lo que ahora llamamos polos.

Delante de él se erguía una impecable estatua tan bella que parecía tener vida propia, y no estaba lejos de serlo, ya que era su finalidad.
La figura era la de un ángel, el mas bello creado por el maestro arcano hasta el momento.
Su forma era delicada y solemne, con una gracia impecable, sencillamente perfecto... La obra de Dios.
Con ese gesto se dispuso a darle la identidad que lo definiría del resto:

-Luzbel... ese será tu nombre.

Y con esas palabras besó la frente de la estatua que al sentir el tacto de los labios de su maestro perdió rigidez y comenzó a moverse levemente, dejando atrás los grilletes de lo inerte.
El maestro observó dejando de lado la paciencia que le caracterizaba, pues estaba tan nervioso por ver la primera reacción de su obra que no pudo mantener la compostura.

-¿Es usted... es padre?

-Así es, yo te he traído de la nada y te he dado la forma más bellas que jamás ningún ser haya podido apreciar, pero has de saber que la belleza no lo es todo.

- Conozco vuestro rostro, recuerdo los relatos con los que me instruiste, las fábulas que contaste y la filosofía que me inculcaste mientras vuestras manos moldeaban mi forma, extrayéndola cuidadosamente de la piedra sacra.

-He invertido todo lo que valoro en ti, hijo mío. Es el momento de que te presente a tus hermanos, sígueme.

Luzbel caminó con gracia tras los pasos de su creador y se dirigieron a una gran estancia rodeada de escalinatas doradas con peldaños flotantes y columnas luminiscentes.
A la entrada de ambos el murmullo que llenaba la sala frenó de golpe y todas las atenciones se centraron en la figura que acompañaba a su maestro.

-Queridos hijos míos, he aquí vuestro nuevo hermano, inclinaos ante él como muestra de respeto.

Los ángeles obedecieron, algunos con verdadero respeto, otros simplemente cayeron rendidos ante la hermosura de su nuevo hermano y no pudieron levantar la cabeza por miedo a que sus ojos perfectos les castigasen con una reprimenda.
Este gesto llenó de orgullo a Luzbel, quizá fuera el artífice de su degeneración y no supo ver el significado que se escondía en la orden que el maestro arcano dio a sus creaciones y solo quedó la soberbia en él.

Las medidas temporales pasaron rápidamente y Luzbel cada vez tenía mas seguidores.
¿Quien seria capaz de resistirse a su fulgente cuerpo, cabello diamantino o al melodioso timbre manipulador de su voz? Casi la entera mayoría de los seres divinos se sometieron a su tutela por propia voluntad.
Este acto repentino de adoración empezó a alertar al arcángel Miguel, (el hermano directo de Luzbel ya que ambos nacieron del mismo bloque de piedra sacra) y avisó del comportamiento de Luzbel y sus seguidores al maestro arcano.

El maestro al oír las palabras de su querido hijo Miguel, decidió dejar de crear ángeles por el momento y empezó a diseñar un nuevo ser capaz de heredar la tierra, mucho mas frágil y delicado que cualquiera de sus otras creaciones.
Crecer, aprender , reproducirse y convertirse en el polvo que dará vida a otros.
De esa manera no vivirán el tiempo suficiente como para convertirse en un peligro para el mundo que los cobijaría, o al menos eso creía.

El maestro arcano había acabado su nueva obra en la que había usado simple barro de la tierra en la que vivirían su nueva creación y sus descendientes.
No había relatado historias a su obra, tampoco había contado fábulas ni le había inculcado filosofía, tan solo mantuvo silencio, pues no quería influir en su autoaprendizaje.

Luzbel al igual que el resto de los ángeles fue convocado a la sala donde todos le conocieron, pues su creador iba a darles a conocer su nueva obra.

-Queridos hijos míos, este ser no es vuestro hermano, no nació de piedra sacra, ni goza de vuestra inmortalidad. Es frágil en comparación a vosotros, pero creo que es la única manera de que no llegue a los niveles de soberbia que algunos de vosotros osan demostrar, así pues inclinaos como muestra de respeto ante él.

Los ángeles se miraron confusos, nunca habían visto una creación de ese tipo, se trataba del ser humano, impreciso e imperfecto.
Atónitos empezaron a inclinarse, algunos al instante, otros no tanto, hasta que solo quedó una figura en pie.

- Luzbel, ¿porqué no obedeces?

- ¡Jamás me inclinaré ante semejante ser imperfecto!. Esta aberración nunca debió ser traída al Sanctum, padre.

-Esa actitud tuya es precisamente la definición de lo imperfecto, me decepcionas hijo mío...

-¿yo, imperfecto? ¿Quien mejor que yo, padre?

El arcángel Miguel sin levantar la cabeza y deshonrar a la nueva creación de Dios dijo en tono desafiante: ¿Quien mejor que Dios?

En un gesto de Luzbel, un tercio de los ángeles se levantaron súbitamente y empezaron a vitorear a Luzbel. Este fue el inicio de la gran guerra celestial que duró milenios terrestres y acabó diezmando la población angelical drásticamente. hasta que Luzbel se enfrentó a su creador frente a frente y por la consiguiente derrota fue desterrado junto con sus seguidores.

-Luzbel, has traído el pecado al reino celestial y has osado ponerte por encima de mi última creación y de mí mismo, pero no puedo destruirte, al fin y al cabo yo te cree y debí ocuparme de tu educación personalmente. Como castigo te confinaré en las entrañas de la tierra a servir al ser humano, al cual tanto desprecias.

Esa noche miles de estrellas cayeron a la tierra iluminándola, portando la luz en la oscuridad...

Desde ese momento, en la tierra esos rebeldes sin reino fueron nombrados Grigoris, los ángeles caidos.

jueves, 26 de mayo de 2011

Quiero evadirme y contigo estar

Texto hecho por H y por mi.
Disfrutadlo.

D.L-A veces caigo en la tentación,no puedo evitar huir de la realidad.
Reunirme contigo en el etéreo lugar, transformando mi vicio en virtud.
Observar tu figura, tu forma de pensar, fascinándome con cada cualidad.

H.-Tú solo susurra mi nombre, llámame en silencio y apareceré ante ti en la oscuridad.
Quiero volver a mirar tus ojos color miel, encontrar tu mirada penetrante en su plenitud.
Y besar cada rincón de tu piel, sintiendo por mi ser la felicidad de la tranquilidad.

D.L-Ten por seguro que susurraré tu nombre, pues todo se desvanece sin tu presencia.
Un bonito decorado de escenario que se desmorona, pues el mundo es una quimera.
Siendo nosotros lo único veraz en el, creándose la materia al paso de tu esencia.

H.-Intento formar vistas bellas, pero difícil es imaginar su apariencia.
Ya que siempre me fijo en ti, como si fuera verte por vez primera.
Sin ti en el mundo, no existiría vista bella, acabarías provocándome abstinencia.

D.L-Pues que así sea, disolvamos los límites de nuestra imaginación.
Que nuestros besos sean océano, los suspiros aire y nuestro tacto continentes.
Pues solo nos bastan segundos y no seis días para nuestra creación.

H.-Unámonos en cuerpo y espíritu entonces, seamos el uno del otro prolongación.
Creemos una realidad donde formemos un mismo ser y a la vez diferentes.
Ven a mi memoria y pensamientos, siempre disponible para ti estará la invitación.

D.L-Es curiosa la forma en la que las circunstancias nos han enlazado.
Uniendo extremos creando un único y equilibrado ser.
Parece obra del casual, pero has de saber que todo estaba predestinado.

H.-En ese caso doy gracias al destino por no haberme abandonado.
Te ha traído hasta mí, sin yo nada que ofrecerle poder.
Ha hecho de mí un lienzo alegre, y tú, has sido la última pincelada para el acabado.

D.L-Deseo tener el poder de grabar en piedra la sensación de entre mis brazos poderte tener.
Soltar las riendas de mis sentimientos y dejarlos cabalgar.
Pues sé que llegarán a los fértiles prados de tu mente y que de tu bondad podrán pacer.

H.-Entiendo esa sensación, es bella y nostálgica a la vez, difícil de comprender.
Por favor, deja a tus sentimientos en libertad, déjales vagar.
Y cuando esté entre tus brazos, entenderé que solo ese abrazo tuyo me puede complacer.

martes, 24 de mayo de 2011

EL TROVADOR DE LAS DESGRACIAS

Dentro de un tiempo añadiré una pequeña ilustración a esta historia.

Cuentan que entre montañas, en medio de un valle se esconde un pequeño poblado de pastores y artesanos.
Dicen que el tiempo no pasa en ese valle y todo el que allí vive de largos años goza.
Pero poco a poco el poblado se queda sin habitantes, pues se cuenta que el terreno está maldito y a la llegada del ocaso la muerte les va a visitar cobrándose un alma antes del anochecer como tributo.
Son pocos sino nadie, los que se atreven a salir cuando solo resquicios de luz quedan. Pues la parca camina vestida de trovador con una flauta de hueso que al sonar congela las carnes y desgarra la piel, dejando indefenso al desgraciado que se cruce en su camino.
Una tarde el terror se hizo en el poblado, pues la única niña que quedaba había desaparecido.
Aun era temprano, el trobador no podía haber sido, pero temían por la vida de la joven y partieron en su busca.
Mientras tanto, la niña ajena a ello corría por el bosque alegre acompañada de su fiel perro labrador.
Buscaba algo bonito, y no llegaba a decidirse por lo más bonito del valle, ya fueran flores, árboles, piedras o las nubes del cielo, tenía que haber algo aun más bello que todo ello junto.
Así que la niña, con toda su inocencia, correteaba entre risotadas cantándole a su perro:

-Quiero algo, algo bonito,
no sé si es duro o blandito.
Quiero algo, algo bonito,
no sé si es grande o pequeñito...

Entre canción y canción, la chiquilla no atisbó como las sombras engullían el bosque, devorándolo inevitablemente, dejando paso al terror nocturno.
Se hizo el silencio, no había presencia alguna y la chica seguía en su busca inocente sin saber al peligro al que estaba expuesta.
De repente el labrador quedó rígido y ladró, tanto y con tanta intensidad como si espantar al demonio pretendiera, y no se equivocaba mucho, pues del tronco de un enorme cedro salió un rostro vacío seguido de un fatuo cuerpo sosteniendo una flauta de hueso...
-¿Quién eres?
Dijo la niña en su infinita inocencia.
Como respuesta solo obtuvo una maléfica sonrisa y, acto seguido, el trobador su flauta hizo sonar...
El sonido era tétrico y oscuro, una melodía creada para perturbar las almas. El perro cayó preso del terror y huyó .como si le fuera la vida en ello.
-¡No te vayas ahora, lo he encontrado, lo he encontrado!
¡He encontrado lo más bonito del valle!
Y con suma alegría, la niña se abalanzó sobre el trovador, apretándolo en un cariñoso abrazo con sus pequeñas manos.
Tan grande fue la bondad de la niña que el trobador rompió a llorar, sonriendo justo antes de convertirse en cenizas que se esparcieron con el viento a la luz de la luna.
A los pies de la niña quedó un objeto, era una flauta de hueso finamente tallada.
En ella había una inscripción:
“El temor y el lamento son mi sustento.
La bondad y la inocencia son tu clemencia.”
La niña quedó prendada de la flauta y la apretaba contra sí como un tesoro... no tardó en atisbar luces de antorcha que danzaban en fila.
La niña supo que eran los aldeanos que habían ido a buscarla, así que corrió colina abajo al encuentro, sin soltar la flauta en ningún momento.
Llegó ante el gentío con alegría y ellos se alegraron también, pero poco duró la alegría, pues la flauta reflejó la luna mostrando con horror su presencia a la multitud. Se hizo el pánico y empezaron a gritar:
-¡La ha atrapado, ya no es ella!
-¡Hay que destruirla, a ella y al instrumento del demonio!

Dicen que esa noche la flauta de numerosas almas se alimentó, y que en ese poblado solo una niña acompañada de su perro quedó...

D.L

martes, 17 de mayo de 2011

Feliz cumpleaños Félix

Abre los ojos. Félix se despereza lentamente y clava la vista en el vacío, haciendo tiempo para que la consciencia vuelva completa a su ser.
Son las 12:18 PM de un Martes precioso, pero no ha ido a la escuela, a decir verdad no va desde que le dieron el alta.

Por un momento le llega un recuerdo de tres meses de antigüedad. Blancas paredes reflejan el sol en sus ojos causándole molestia, tiene sed y bebe un trago de agua de un vaso de plástico que sabe bastante mal a su parecer.
Mira a su derecha y ve a su madre dormida en una silla, parece cansada y tiene aspecto de haber llorado, a Félix se le encoje el corazón al verla en ese estado, pues aun no se acostumbra a la situación.

De repente vuelve a la realidad al notar el olor a tortitas que entra desde la puerta entre abierta. Le encantan las tortitas y se alegra al saber que su madre está en el piso de abajo preparándole el desayuno. Seguramente se llevará una sorpresa al descubrir que se ha despertado antes de la una de la tarde, pues cada vez duerme más y se siente mas cansado.
Se calza, se agarra al porta sueros y se asoma con cuidado a la ventana, tiene ganas de ver como está Félix, su cerezo.
Tiene el mismo nombre que él porque lo plantaron el día en que llegó al mundo como Muestra de agradecimiento, pues sus padres llevaban tiempo intentando tener un hijo y tras 2 años de intentos llegó Félix.
Pero ese milagro sería el último porque tras el parto informaron a su madre de que después de la intervención no podría volver a tener hijos.

-Hola tocayo, hoy cumplimos nueve años jeje. (dice Félix con una sonrisa en la cara).

Lo mira desde la hierba que tapa sus raíces hasta la punta de sus delgadas ramas y repara en un detalle. El cerezo está dando flores.

Félix se alegra de la nueva vestimenta que está decorando su arbolito, pero oye algo y se da la vuelta.
Su madre está allí, parada en la puerta de su cuarto con una bandeja llena de tortitas, le tiemblan las manos, pues ve que la luz matinal baña la cabeza sin pelo de Félix y marca las ojeras en la piel amarillenta de su hijo. No aguanta más, siente la necesidad de soltar la bandeja y abrazar a su hijo entre lágrimas, pero en lugar de eso se acerca a él, le da un beso en la frente y le dice:
Feliz cumpleaños hijo mío. ¿Has visto las nuevas flores de tu cerezo?

El chico asiente y abraza a su madre, ella rompe a llorar y le dice que le quiere.
Sabe que su hijo no volverá a tener un cumpleaños...

domingo, 8 de mayo de 2011

De la muerte somos


*Una de mis locuras nocturnas.
Solo puedo decir que lo entenderá quien comprenda el término "fractal".



Seres metamorfos de compleja estructura y comportamiento.
La materia baila libre tomando consciencia de lo que le rodea.
Siendo la energía su néctar, este capricho actúa por propia voluntad...

Yo, tú, ello, somos muchos y uno, fragmentos de un mismo ente.
Su imagen y semejanza aun no alcanzamos, pues estamos en el proceso.
Por ley temporal impensable es la interactuación de las distintas partes.
Pico, humano, arcángel, todos ellos de distinto grado y tiempo.

Pico es de nosotros lo que humano es de arcángel.
Subdivisiones ramificadas que se dividen con un mismo patrón.
Inicio y fin, nada y todo, son los únicos sinónimos de máxima perfección.

La cadena se cierra con los eslabones mas distantes.
Lo humano es el último de los eslabones de una de las cadenas, también
el inicio de la siguiente.

Formando así la diversidad del cosmos, lo uno no es nada sin lo otro.
Así fue dispuesto por la ley del equilibrio y del mismo modo se mantendrá
eternamente... imperturbable.